lunes, 1 de diciembre de 2014

<< La ilusión de la Luna Llena >>

¿Quién no se ha quedado alguna vez embobado con la Luna llena redonda, preciosa y grande cuando se deja ver cercana al horizonte? ¿No te has fijado que cuando está en lo alto del cielo esa misma noche ya no es tan grande?

Prácticamente, todo el mundo ha notado esta rareza en un momento u otro. Cuando la Luna está baja, cerca del horizonte, parece enorme comparada con su apariencia unas pocas horas después cuando está más alta. Pero, ¿es que la Luna cambia de tamaño? Como estás imaginando, es evidente que la Luna no cambia de tamaño y en el caso de hacerlo no sería en el transcurso de unas horas sino en millones de años. 
Entonces... ¿Puede que sea un efecto de la atmósfera y de los rayos de luz? Se dice que cuando está la Luna más baja sus rayos de luz tienen que atravesar más masa de aire y esto podría podría producir una refracción. En el caso de que esto fuera así la refracción nos haría ver una Luna ligeramente deformada pero nunca una Luna aumentada. 




La respuesta a este aparente cambio de tamaño es cuestión de percepción humana: es una ilusión, nuestro cerebro nos engaña. ¿Cómo? Toda nuestra experiencia nos ha enseñado que cuando un objeto se acerca hacia nosotros se hace más grande. Imagina un coche que se acerca o un balón que rueda hacia ti en el campo de fútbol. Es cuestión de percepción. El "balón lunar" no se está acercando sino que parece que se aleja según se mueve hacia arriba, o al menos es lo que nuestro cerebro interpreta, produciendo así una visión de la Luna inusualmente pequeña. Por tanto, no es que la Luna del horizonte sea más grande, es que la Luna encima de nosotros parece más pequeña.

¡Haz la prueba! Coge una regla un día de Luna llena y mídela con el brazo extendido. Medirá unos doce milímetros aproximadamente. Luego prueba a hacer lo mismo cuando la Luna se encuentra arriba del cielo y ... ¡sorpresa! mide exactamente lo mismo.



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